martes, 24 de diciembre de 2013

Decir un poco

 I
Lo que se guarda en el tintero: el moho
por el musgo,
las pajas por el trigo,
la deuda o la duda;
no se dice.                                                                   
**
II
Esos pájaros que pasan, esos pájaros,
chirrían debajo del cielo, aspiran a subir, ah, la avidez,
y aquella carencia
como rumor absurdo
latiguillo.
**
III
Lo que quedó en el tintero,
aire guardado para morir así.
**
IV
Lo que se barre
bajo la alfombra,
el polvo no se dice.

El hilo; la hilacha. Lo que se esconde;
lo que uno tapa con gerundio, énfasis
de aquí y de allá, plurales de pájaros, moscas
arreboles, intensidades, vacío que uno tiene y
se tapa.
**
V
Y la herida, azul como ese sol que baja
y corrompe.
Lo que dolía se corta.
**
VI
La burla, como fe. Se miente eufóricamente.
**
VII
Esa quietud en el vaivén,
aletargado en consonantes, "se sabe, se sabe",
pura alegoría del vaivén,
no duele, no certifica la palmada
en el traste de una vida,
eso que se tiene a fuerza de colgar y descolgar
la ropa o la derrota,
eso también esquiva el bulto y
no hay tu tía.
**
VIII
Y si así fuese, decir tengo apenas, como una virtud que mastica
arroz, bebe té, un tercer ojo pasado de haschís y
 a cremar en el Ganges, la aceptación
de qué sapiencia, de qué ritmo al escandir
la tabla, la arpillera, esa guirnalda de flores
a un lado del cadáver.
**
IX
Hay que pagar;
como si esto fuera poco hay que pagar
vaciar esa alcancía
verse deudor
en un haber
y que no baste. ¿Pero
basta? No alcanza: hay que decirlo.
**
X
“Un pedazo de pan, tampoco
habrá para mí?”,*
el guiso, el caldo de hueso
y a dormir.
Ruido en la barriga y sueño:
soñar también con lo vacío.

*César Vallejo.
**
XI
Filmada en escenarios naturales, desde una ventana
el que no tiene fe, con una luz que imita
a Vermeer en interior
y afuera a Cándido López, observa la gesta fatal de las Cruzadas.
No hay más que una vela sobre la mesa.
**
XII
Los inundados no saben lo que tienen. Se dice que
cuando el agua baja, vuelven a lo que queda.
**
XIII
Ahora se le da por escribir; más bien anota: hay pájaros en el cielo,
hay otros posados en las ramas; y más acá, sobre la tierra.
Salvo esa mirada que alza, panea,
escurre la tinta.
**
XIV
 Nunca se tiene lo que se desea. Se escriben hijos, la tierra
yerma.
**
XV
Perfora con el sacapuntas hasta obtener más carbón; las maderitas, lo escrito y usado,
polvo que asombra provoca curiosidad.
**
XVI
Presiente que no dijo lo que tenía para decir. Entonces
tacha, recomienza: “Hay pájaros (…)”.
Como si en el tintero quedara lo que importa. Todavía no, se dice, esto
no: pájaros que siguen
en las ramas,
un anhelo de cielo. Míralos, ahora
dan un vuelo bajo y ascienden más allá, más allá…
hasta perderse.

Inédito

martes, 10 de diciembre de 2013

La abundancia


Hasta que el viento apacigüe y lleve consigo el absoluto
en las ramas en el concepto en
ese insistir, una abundancia de aire que ahora
es plena, soberbia, ganada
a fuerza de heredad, de qué trabajo, qué motivo, qué signo
salvo la letra, la ley o
lo que mueve las cosas, esas ramas,
ese viento que nace o aparece
inaudito
pero ahora es como una tromba de mar atrás, atrás,
insiste en el no repetir
el leitmotiv, la cantinela eterna
hasta que apacigüe
y el hombre tire su red mansamente,
quiera dar de comer, y el fruto sea
igual a la respiración, sólo fruto arrebatado, no caído.

Inédito

sábado, 30 de noviembre de 2013

Maníes

Curioso cómo se piensan los muertos.
Ahora recuerdo su manera de masticar los maníes
de costado...
Pero por qué no lo tomé de la mano, por qué
no lo miré a los ojos.

Inédito

viernes, 1 de noviembre de 2013

Algo de armonía

Hay cierto olor dulce en el aire
y en el cielo
cierta mentira
en el mundo,
una sonrisa de mujer recién muerta, plácida,
hay un estudio a dos voces,
y el coro que funciona.
El ciego despertó, dejó de desparramarse
en el suelo
algo de armonía
intuyó
en el aire que truena y revienta.

De La calma, 1991, recopilado en La mitad de la verdad, bajo la luna ed., 2008.

miércoles, 23 de octubre de 2013

Sal

Por volver la vista atrás
pude mirar fracaso tras fracaso tras fracaso,
fuegos vi, la ciudad hecha fuego,
convertida en un apocalipsis precoz.
Y mi nombre perdido hacia un desierto
si volteo la cabeza hacia adelante, hacia
lo que me espera:
soy a duras penas la mujer de Lot:
mi necesidad no tiene nombre.

Inédito

lunes, 23 de septiembre de 2013

La gallina


Vengo a llorar la carta, el puchero
 de gallina, el
 líquido caldo que acostumbra mojar
 _¿es que aquí no hay repasadores?_
 llorar con gotitas de grasa el
 menú, la carta, cacareo caro
 a la diestra, y
 a siniestra, puchero
 de gallina quiero poner
 los huevos, emplumar con calorcito
 alborotar con ruido
 clueco y que no espante, ni
 al zorro viejo que mira
 a este
 gallo montarse sobre mí
 (¡señora, las gallinas!)
 maíz va, maíz viene,
 harta
 de cacarear, vengo a poner
 los huevos que me diste, la pluma
 dura la carne, tarda
 en caer, en gotitas
 el caldo, la grasa
 de mi llanto, en la cara,
 vengo a poner
 la carta, o el menú,
 la letra que me diste no la pongo, tu abrazo
 quiero, con calorcito, harta,
 vengo a llorar.
                                        

                                                   para María del Carmen Colombo
 **

De Solo de contralto, recopilado en La mitad de la verdad, 2008. 

lunes, 5 de agosto de 2013

La absurda


El amigo infiel
se muere porque lo persigo,
porque me persigue, no como a un fantasma
sino porque soy una cosa incorrecta.
Yo lo persigo porque soy también infiel
y me enamoro dolorosamente de
los que van a morirse.
Todo esto me hace muy mal,
sus abrazos
y la herida del amor
como una ventana rota.
Todo esto va a terminar por matarme.
Voy a terminar siendo muda
y oblicua como una monja
blanca como una muerta,
fiel,

      absurda.


De La luz en la ventana, Ed. El escarabajo de oro, 1982.

lunes, 15 de julio de 2013

Limpieza

Jabón y agua tibia arrastran lo que quedó de la fiesta.
Todavía no es rancio el perfume del vino
y el ahora pastoso manjar barrido de los platos
es burbuja que salta en un mover sagrado:
limpieza;
otra vez la vajilla sin mácula,
nada que reste de alegría tan breve, esmerada
en un durar interior.
Lo que brilla es pasado y preparación
para –y aún más breve– lo que urge, lo que se aproxima, inevitable reunión
y ágape: ¿has amado
o lavado así?

Inédito

lunes, 24 de junio de 2013

La pared

I

Le hablo a la pared.
Hay quien escribe poemas
en un muro y luego se despide, tira
la carbonilla a un lado.
Lo mío es hablarle siempre a la pared,
antes de que la derrumbe un fuego
o el tiempo simple.

Ah, ilusa,
empecinada en atender lo que calla,
lo que dice.
** 
II

Le hablo a la pared
(Es más bello porque es inútil)

Nota: la cita en cursiva pertenece a Cyrano de Bergerac, de Edmundo Rostand
** 
III

Si no estuviera, no sabría qué cosa decir.
Rebota el intento:
“No mires lo que ves”.
Si no estuviera allí,
no sabría.
Disciplina: insiste,
hablo a la pared.
 **  
IV

Corres hacia la orilla,
lo que pensabas o tan simplemente veías
como mar
no era.
“El mar es una pared”,
dices.
 **
V

Como un grito
la pared no responde. Da la elocuencia
del golpe: “Nada: ¿lo oyes? –dice–.
Escúchame”.
 **
VI

Mira a tu alrededor,
pareciera que dice la pared.
¿No los ves?, cada uno ensimismado
o, por el contrario, el Yo con tal de ser
por fin abierto.
 **
VII

Vidrios empañados: si fueran la pared
hasta esa poca humedad sería
rechazada; el agua es débil,
se resbala.

Impenetrable y a veces
mortal, como cal viva
que quema los cuerpos, cenizas quedan
de un líquido temblar,
si me le acerco.

La cal es otro No de la pared,
Llanto,  lluvia
o simplemente sangre
quedan como manchas, graffiti,
nada que no salga
mañana o pasado
mañana…
 **
 VIII

La gota que horada la piedra:
te amo clau
evita vuelve
boca putos racing
corazón
 **
IX

Te quiero –digo
a la pared.
 **
X

Por no ser frívola, me he vuelto
piedra –asevera la pared– o espejo.
Piedra o azogue, da lo mismo, soberbio NO.
No juego –duramente dice.
 **
XI

Le hablo a la pared. ¡Si sólo pudiera
entornar hacia otro lado
y oler naranjas!
Acaso guiar la hiedra o el jazmín
del país, tan sabiamente la cubren.
Si fuese coqueta,
y perfumara.
 **
 XII

A decir verdad,
la pared no deja pasar nada.
Es por eso que se pinta a la cal,
resguarda el No: la impenetrabilidad pone a prueba
también la lluvia como duda: “¿Eres así,
materia leve?”.
 **
 XIII

Guay del que contradiga
lo que la pared dice, el clavo
que sujeta el espejo, la foto
de mamá, sangre
en el muro, la soga
del ahorcado, la de la ropa.
 **
XIV

Rígida como es,
no acepta tanto punto
de vista. Pareciera
que se marea: chorrea la tinta
o el pincel: la pared
limita: estoy
hasta acá,
dice, y muestra el borde.
 **
XV

Y de repente la lluvia, a lavarle la cara al suelo seco,
a asombrar de agua
el cielo

(y una mira la pared y pregunta
¿de qué hablas?, mariposa,
oye el trueno)
¡Calla!
 **
 XVI

Cabeza muerta la pared,
echo cal viva sobre esa cabeza
adiós adiós el pensamiento o la flor
allí enredada, la hojita
que titila y se aferra al viento.
No digas más. No digas Nada.
 **
 XVII

De luto
frente a esa pared:
restos descansan, dice.
De quién, qué resta hablar
a la pared.
Destruir dice. Reparar, acusa el coro,
lo ido o lo deshecho, restos
de quién, qué ashes
citan de profundis; réquiem por esa pared. Paráfrasis,
no volverán golondrinas
ni padres ni el benteveo que percute la divina partitura:
haya paz,
descansen, descansen en paz;
la pared se derrumba al ritmo de un metrónomo: tac tac // tac tac
notas negras, pide el Director:
¿No lo veis?, Cristo yace, y lo demás ha partido con batuta
de doble filo: ya,
nada que lamentar,
ni un solo quejido ahora; chito.

Escucha el murmullo eterno del No;
es más claro que el agua.

 *La cita en cursiva pertenece a Marguerite Duras.
 **
XVIII

 Y si la enredadera perenne que cree en la pared
dijera ¡Cuidado, las paredes oyen!

***

La pared, Ed. Nudista, Córdoba, Argentina, 2012.

domingo, 2 de junio de 2013

Da capo, presto

Mañana será otro día, otras serán
las sábanas; el aleteo, otro;
las ciruelas
los estertores
cada uno en su sitio, hasta mañana...

Inédito

lunes, 27 de mayo de 2013

Torcés la anécdota


Se trata de aliviar el lado sufriente de las cosas,
mirar hacia otro lado. Él llama a esa insulsa y a vos te dice
cortala, y vos
intentás disipar la niebla escuchando a los pájaros.
Ese árbol, allá, un lado de tu cabeza te pide
hacé un objeto estético, 
decís ahora no, después, más tarde, cuando la bruma pase
como la de la mañana temprano;
O cuando te vas y tus hijos preguntan, preocupados, ¿hablaste con alguien?; les mentís amablemente,
torcés la anécdota.
Leés a una chica moderna, escribe con violencia, como si la molieran
a palos o tuviera un dolor de encías insoportable. ¿Para qué esto?, ¿lo ves?
Descifrás, abrís esa caja donde el aire cabe
y exhalás, tranquila. 
El mar no ruge, no brama ni aúlla, no tiene furia ni 
es sereno o plateado o verde o azul;
es más pequeño que Dios.
Lo que importa ahora es disipar la niebla.

Inédito   

sábado, 18 de mayo de 2013

A fuerza de amor al mar


Mascarón de proa,
rígida como aleta del pez
sostengo un navegar a pura fe, sin destino más que
el llegar a tablas.
No hubo entonces drama
o naufragio; tu madera es
ese cartílago del que la carne se suspende
y avanza lejos,
atontada por las olas, enceguecida
por ese llegar
a santo de qué, vida,
sino largar espuma al costado
envejecer crujiendo, carcomiendo el esmalte
de una estampa, supuesta
protectora de la nave.
Pero suave
cartílago, erguido a fuerza
de amor al mar
ahora eres una
madera vieja que pasa
de un golpe del agua a otro
y te sostienes, mascarón,
a proa...

Inédito

lunes, 13 de mayo de 2013

Lía


Tu nombre está incrustado en el nombre de
tu madre como una i, se adosa
cual baba pegadiza y blanca
a modo de reparación de una escultura rota.
Tiempo y viento han quebrado
tus pecados y los míos,
¿terminé de pagar?, pregunto
a Dios por mis pecados,
adiós, adiós, madre infinita inmortal
quebrada tu cabeza
incrusto mi nombre en punto
como una i delgada
antes de morir
qué me has dado en nombre de
Dios, padre generoso.

Inédito

lunes, 15 de abril de 2013

Escucha


Escucha, escucha los grillos de la noche.
Avisan algo de belleza, algún esplendor sin simulacro.

**
De La dicha (Bajo la luna editorial, 2004). Recopilado en La mitad de la verdad (Bajo la luna editorial, 2008)

miércoles, 10 de abril de 2013

El agua se deja hacer...


Y dijera la esperanza
contigo no
y sí con la tormenta.
                       Alejandro Schmidt

Porque lo que te lleva y trae es Viento,
ni siquiera el resplandor que ves, allá, mueve
un accionar lógico, el arrancarte de raíz
del sillón o de esa simple butaca que te aferra
sin remo alguno a la barca.
Vas porque es Viento el que llega a destino;
el agua se deja hacer; se quita.
Es aire seco lo que empuja,
no deseo, menos ansia; porque contigo no,
un inestable ser donde no ha lugar lo que esperas, lo que crees,
lo que figuras se desdibuja con sólo voltear
el ancla, y lo único que resta es polvareda,
humo de amar
truenos, relámpagos.

Inédito

miércoles, 3 de abril de 2013

Viajo

"Esto no es natural", dicen;
floto y avanzo por encima de nubes,
allá abajo veo mapas, franjas
o líneas, marea el escuchar conversaciones
por encima de las nubes, el cielo disminuido a una ventanita, no a Dios,
"esto no es
natural, hace calor en mayo pleno",
es otro mundo, voy adonde no sé,
floto como el misterio,
viajo y pendo del aire.

Inédito

martes, 2 de abril de 2013

No viajo


"Toda teoría es gris, querido amigo, y verde es el dorado árbol de la vida."
Johann Wolfgang von Goethe

Desde un sexto piso, contra viento y marea
me asomo a mirar ese árbol, como
mascarón de proa que va
contra viento y marea, incólume,
erguida y en ángulo me asomo a ver
lo único vivo que puedo ver desde aquí, un sexto piso
desde hace treinta y cinco años,
a veces me balanceo,
miro cómo cambian o caen las hojas,
navego hacia allá porque ése es el rumbo,
ésa mi línea de ruta,
el gris dorado verde
debajo de un cielo.

Inédito

jueves, 28 de marzo de 2013

"El que llama no es él"


Suave como muñón, el aire acaricia mi cuello.
Desvalida, yo, veo una mariposa roja entre el aire frío; se divierte,
sigue, nada le pesa.
Curioso cómo afronta el día, este sol tempranero.
Yo sin dormir y ella flotando afrontándolo todo.

*El título pertenece a María Moreno.
Inédito

lunes, 18 de marzo de 2013

Pero lavar


Como lavar después de una fiesta,
se va, la alegría se va:
pero el jabón barre grasas, azúcares, lo que sobró,
el resto de vino en esa copa,
la ceniza intacta pendiendo de nada, la huella
ahí, donde alguno rió y derramó algo, y volvió a pisar y a reír;
la vajilla sin usar, limpia en una esquina, casi al borde;
corchos, tapitas, marquillas vacías retorcidas
como esa servilleta doblada y vuelta a doblar, nerviosa, ahora quieta.
Respirar lo que queda del aire de esa fiesta,
humo, el cielo afuera,
otro aire afuera. Pero lavar;
la mesa lista.

Inédito

martes, 12 de marzo de 2013

Vuelo


No hace falta despellejar a la gallina,
mirarla fijamente para conocer su verdad.
Basta observar cómo cloquea, cómo salta de tanto en tanto,
y apenas alza las alas.

De Humo, inédito

lunes, 4 de marzo de 2013

¿Algo ha muerto en mí?: tanto mejor


MUTATIS MUTANDIS

Por favor no sufran más
me cansa,
dejen de respirar así,
como si no hubiera aire
dejen el lodo, el impermeable,
y el vocabulario,
me cansa,
la mujer
deje de tener pérdida     ese chorro sufriente,
los padres dejen el oficio de morir,
el daiquiri o el arpón
en el anca, y aquel perfume matinal,
la Malasia,
y el Cristo
solo como un perro,
y al amor como
un fuego fatuo, y a la muerte,
déjenla en paz,
me cansa,
(¿algo ha muerto en mí?:
tanto mejor).
Así que,
valerosos,
amantes,
antiguos,
huérfanos maternales que acurrucaron
al mundo
después
de la guerra,
dejen el rictus,
oigan
y despídanse,
por primera vez
sin grandeza.

**
Lo destacado en cursiva pertenece a Simone de Beauvoir.
De El mundo incompleto (ed. Libros de Tierra Firme, 1987), recopilado en La mitad de la verdad (Bajo la luna editorial, 2008).

miércoles, 20 de febrero de 2013

martes, 19 de febrero de 2013

Una alegría antigua

Humo

II

Era la que reía en la lluvia: no estás,
decía, y este placer es mío, empapada sobre charcos, fin
de una alegría antigua,
muda, una
película expuesta al sol.

III

Y habrás de ver la espiga, los silos.
Doraba el campo una luz dorada,
era verde esa banquina, y
el lino era azul.

Inédito

lunes, 11 de febrero de 2013

Humo

I

borrar historial, decía, olvidar
volver ahí a recordar qué
sentía,
eso, qué sentía la que se olvidó
¿borró, tachó, hizo humo?
Volver a dormir, y acordarse
todo mezclado una casa en la oficina de la pieza se subía dando vueltas frente a vos ahí
pero así no

Inédito

sábado, 9 de febrero de 2013

Saludo al viento


Esa mata de pasto sacudida por un ventarrón,
así,
por fin me veo débil,
como si el viento esta vez fuera a arrancarme como a una mata de pasto
recién crecida allí en la duna, volteada y débil, por fin
así: esto es nuevo.

Inédito

sábado, 26 de enero de 2013

Dos en inglés


Versiones de JUDITH FILC

The Rite

Pick up your things
your firm thighs, the basket loaded
to the brim, everything that keeps
the water cool and the milk hot,
everything put away already out of place;
wrap your kids from the cold and the
twilight, pick up
the chairs, the details, and
let the sea talk with me.
The varicose veins of old women,
either sufferers or fighters or satisfied with
what they have done in the end with their lives,
collect them,
just as men collect odds and ends from their
hoop nets,
those who fish with nets, and the
indomitable who carry their lines far, far away;
pick up, dark men of
such blond body hair, the tents,
tie the ropes with a lament that sounds like
I haven't set sail, today either, and let the
sea talk with me.
Children deafened by your sound routine,
pick up your games, look once again toward the beach,
go back,
go back home,
to monotony, to details.
Silent couples, get up and walk
for the moon to corrupt the mouth of
each, the breast of every one,
make the waters finally open
just like that,
pick up and run
pleasantly, carefully
from the twilight,
from the barren foam remaining on the shore,
and let the sea chat with me.
**
El rito

Levanten sus cosas,
sus muslos firmes, el canasto cargado
hasta el tope, todo para mantener
el agua fresca y caliente la leche,
todo guardado fuera de lugar ya;
cubran a sus niños del frío
y del ocaso,
levanten las reposeras, los detalles,
y dejen hablar al mar conmigo.
Las várices de las viejas
sufrientes o luchadoras o satisfechas
por lo que han hecho al cabo con sus vidas,
recójanlas
así como los hombres recogen menudencias
de su mediomundo,
esos que pescan con red,
y los bravíos que llevan el sedal lejos, lejos;
levanten,
hombres morenos de vellos tan rubios, las carpas, 
aten las sogas con un lamento parecido a
hoy  no me he hecho a la mar, tampoco hoy, y dejen hablar
al mar conmigo.
Chicos aturdidos por su rutina sonora,
levanten sus juegos, miren una vez más hacia la playa,
vuelvan,
vuelvan al hogar,
a la montonía, a los detalles.
Parejas silenciosas, levántense a caminar,
a que la luna corrompa
la boca de cada cual,
el pecho de cada uno,
hagan que las aguas por fin se abran,
como si nada,
levanten y huyan
amable, cuidadosamente
del ocaso,
de la espuma estéril que queda en la orilla,
y dejen conversar al mar conmigo.

From La mitad de la verdad, bajo la luna editorial, 2008.
***
Amiable Music at Last

Because the leaves on that small tree still shine
I envision, there, far away, the enchanted summer forest.
I'd even rush the night
for little critters to bathe everything in amiable music, at last,
songs laughing at the graveness of the sea, there, nearby,
as the poor laugh,
as cicadas and crickets and the
frogs laugh at the sea, there, far away,
when it is summer still.
***
Música amable al fin

Porque las hojas de ese arbolito brillan todavía,
imagino, allá lejos, el bosque encantado de verano.
Hasta apuraría la noche, a que el bicherío inunde todo de música amable, al fin,
canto que se ríe de lo grave del mar, allá, a pocos pasos,
como el pobre se ríe,
como las chicharras y los grillos
y los sapos se ríen del mar, allá, lejos,
cuando es verano todavía.  


From Música amable al fin, mágicas naranjas ediciones, 2012

sábado, 12 de enero de 2013

Sin título


He visto al sol ponerse
y de inmediato agigantarse, mostrar grandilocuente
el final de un día. Un heme aquí lento,
de colores, brillos
girando al otro lado.
¿Demorar, y durar, ahora?


Inédito