lunes, 22 de junio de 2015

Y él rió

La esclava del amor


¿Sabéis lo que sois? Unas bestias,
desde aquí os veo. ¿Adónde llevan estos rieles,
qué he hecho yo sino aburrirme, decir mi parte
en esa tonta película? Al llegar a Moscú
cargaba miles de flores en mis brazos.
¿Sabe lo que es usted?,
dije aquel día en que lo balearon, ah, su rubio mechón al viento,
¡un bolchevique! 
Y él rió, y lo amé.

Basado en La esclava del amor (1976), de Nikita Mijalkov.
Irene Gruss (Inédito)

miércoles, 17 de junio de 2015

Ella lo levantó en brazos y se puso a gritar “¡Asesinos!”

9

Aparecieron unos tanques por la avenida. Los tanques son peores que el viento cuando quiere romper todo. Pasan y hacen un ruido que tapa hasta los oídos. Mi madre nos agarra como abrazándonos y nos tira a Selva y a mí por atrás del tapado. Mi hermano se escapó corriendo y volvió llorando. Ella lo levantó en brazos y se puso a gritar “¡Asesinos!”.
Selva se ríe de nervios y yo me asusto por los tirones. Ahí me doy cuenta de que mi madre también está nerviosa; tiene ásperas las manos y están sudadas. Cuando llegamos a casa, le pide a Selva que ponga Radio Colonia, así se entera mejor. Con la cartera todavía colgada del brazo, agarra el teléfono y llama a la tía Aída. Gritando dice: “Aída, no sabés. ¿Qué cosa?, ¿libertadora, qué libertadora? ¡Dios mío!, hay que terminar esos vestidos, mañana mismo termino las costuras y te veo. Chau.” Y yo sé que hablan de algo que no es eso. ¿Qué vestidos?, si ella no cose y tiene la máquina de la abuela Sara de posaflorero. Ahora dice que vayamos a jugar al jardín y eso quiere decir que se va a poner a anotar unos papeles que siempre terminan en el cesto. O se le caen o los tira hechos un bollo. En el jardín agarré un palito para anotar las letras en la tierra del cantero pelado pero no tuve ganas. Todavía me hinchan los tirones, como si tuviera el tapado puesto y estuviésemos en la avenida. 
A la hora de la cena mi padre casi no habló. Coman, decía ella nada más. Mi padre puso un disco, tiene cara seria o de enojado, si no, no hubiese puesto esa música. Igual, el ruido de las cucharas es más fuerte. Comemos mirando el combinado.

De Una letra familiar, bajo la luna editorial, 2007.

miércoles, 10 de junio de 2015

Milonga entrecortada para Madame Bovary

                                                                              Quiso vivir sus sueños.
                                                                               Gustave Flaubert


No me acusen de extravío
porque en todo lo soñado
fui erudita
y si lo vivido fue
mentira y
vano
el cortejo que me gano
sirvió para ser bendita.

Ni lo acusen al autor
de haber abierto la boca
tanto él como esta loca
nos han dado la razón.

Así que descanse en paz
mi cabeza bien amada
y el cuerpo, desarropada,
no les llame la atención:

el frío que yo viví,
el calor de la mentada
sólo quedó para mí,
del dolor no quedó nada, casi
nada.

De La calma (Libros de Tierra Firme, 1991), recopilado en La mitad de la verdad (bajo la luna editorial, 2008).