sábado, 16 de abril de 2011

Los crisantemos no eran dalias

DURA PUREZA

Decente como una columna
fui a buscarte, decorosa como tabla donde se pica
el ajo blanco, una cebolla,
previa como la sábana
recién tendida;
así creo que
fui a buscarte,
más pura
que la espera.
***
ESTIVAL


No hay margaritas a la hora de la siesta
cuerpo rotundo cayendo encima
de mí, no hay margaritas
los crisantemos no eran dalias,
he confundido al muerto,
el cuerpo era tosco, era suave
este darme vueltas sobre el pasto me agita
sed me da, y no flores,
no flores.

**
De La calma (Libros de Tierra Firme, 1991), recopilados en La mitad de la verdad (bajo la luna, 2008)

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