viernes, 16 de septiembre de 2011

Nocturno

Puede largarse a llover en cualquier momento
y puedo largarme a llorar por eso
y porque la pared no sostiene más la hiedra que había en el verano.
Veo las nervaduras pegadas como arañas; rememoro el vaivén de las hojas,
casi podría decir parecido al de la copa del gomero acostada sobre la terraza;
es una noche insulsa entonces, nada para festejar ni padecer; la lluvia que no cae todavía.
Por qué llorar.



Inédito, de Entre la pena y la nada

6 comentarios:

  1. [nesse acto de chorar acontecem centelhas de arco-íris, um pouco dos elementos do mundo]

    um abraço,

    Leonardo B.

    ResponderEliminar
  2. todo demorado... el interrogante un alfiler que sostiene la hoja disecada... salú Irene. un gusto.

    ResponderEliminar
  3. ¡el ontomólogo!, je. Gracias, huggh; irene

    ResponderEliminar
  4. "Por qué llorar.", teniendo tantas posibilidades en las que sonreír... :)

    ResponderEliminar
  5. De eso se trata, Marina; gracias, Irene

    ResponderEliminar