miércoles, 23 de noviembre de 2011

SOBRE EL ACTOR

I

Es pavoroso: qué clase
de persona
debo ser que la gente sólo pide
o necesita,
aplaude o abuchea
el papel que cumplo.


De Solo de contralto
***
II

El efecto es impagable: el actor,
que hace de padre que
mira a su hija,
recién muerta, abre la boca
y con los ojos, desencajados como la boca,
pega un grito mudo, un silencio
brutal, la cámara filma en primerísimo plano
la voz que no sale,
hasta que el actor,
y siempre con su boca abierta y
desencajada, como sus ojos, saca
de no sé qué garganta, quién
dirige el gutural, el gemido
insoportable, como si sufriera
demasiado.


De Solo de contralto
***
III

El actor sufría demasiado.
Pegaba un grito ensordecedor y
se hincaba ante Dios como una mula.
El sonidista quería más,
algo peor, algo
agonizante.
Cuando filmaban el rostro desencajado del padre
que mira a su hija recién muerta, como los ojos, desencajados,
el sonidista giró la perilla.
“Esa boca abierta y muda es veraz”,
dijo, y salió del estudio.


Inédito
**
(En tributo a Francis F. Coppola)

2 comentarios:

  1. qué bueno!!! terrible lo del sonidista, terrible cuando una se da cuenta que no soporta lo que pidió!!!
    Irene, a veces temo decir "me encanta", por el contenido de los poemas que son graves (los que mas me gustan), pero la verdad es que...
    saludos
    Arcadia

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  2. Arcadia, aunque no lo creas, es un intento de transcripción de lo que realmente pasó durante la filmación de esa escena maravillosa de "El Padrino III". La idea, brillante, no fue de Al Pacino sino del sonidista. Mil gracias por pasar, Irene

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