El tiempo que demoras en terminar cada cosa
igual al de las cosas a medio hacer.
Nada perturba:
ni la conciencia ni la ensoñación de ver algo
hecho y cerrado.
A modo de hilván y a medias todo.
Que un límite no cierre lo que no quieres cerrar: parece más vivo
lo inacabado. Allí el vestido sin doblar,
allí los hijos, idos; así un final, como un principio, entremezclado y sucio
de arena del reloj.
Así irresuelta, desparramado un eco, la brasa, ahí,
sin atizar.
De Poemas irresueltos
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