lunes, 14 de marzo de 2011

Le hablo a la pared

XII


Rígida como es,
no acepta tanto punto
de vista. Pareciera
que se marea: chorrea la tinta
o el pincel: la pared
limita: estoy
hasta acá, dice, y muestra el borde.
***
XIV

Y de repente la lluvia, a lavarle la cara al suelo seco,
a asombrar de agua
el cielo.

(y una mira la pared y pregunta
de qué hablas, mariposa,
oye el trueno. ¡Calla!)
***
XV

Cabeza muerta la pared,
Echo cal viva sobre esa cabeza
Adiós adiós el pensamiento o la flor
Allí enredada, la hojita
Que titila y se aferra al viento.
No digas más. No digas nada.
**
De La pared, inédito

5 comentarios:

  1. [tanto a palavra como as suas pausas, entranham-se na solidão da pele que se desgasta na palavra, em cada uma de todas as nossas paredes]

    um abraço,

    Leonardo B.

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  2. La palabra de la poesía puede pedir silencio al pensamiento. Y es una especie de vergüenza nueva, una que no es moral, sino bella como la nada que no requiere de explicación.

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  3. tu poesía, Irene, seduce mis sentidos... y mis muros.
    un abrazo, y gracias.

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  4. Gracias, Bibiana. Sin palabras, Irene

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