Estoy viva.
Acabo de sepultar a mis seres queridos.
Aquí en el cementerio los árboles murmuran
una música parecida al mar.
El sol apenas se entrevé en el cielo
porque empieza el otoño. Camino
hacia la salida con una flor en la mano.
Antes, cuando eché el primer puñado de tierra
sobre mis seres queridos, muertos,
el mundo se abría a mis pies como una tumba. Mas
ahora no: escucho el viento
y ese ulular de ramas
es tan hermoso
que siento que lloro.
De Solo de contralto, recopilado en La mitad de la verdad (bajo la luna editorial, 2008)
Me gusta mucho Irene. Cariños
ResponderEliminarasí, como el ulular del poema, uno siente... gracias Irene. saludos.
ResponderEliminarGracias, Diego; gracias, Hugo. Un abrazo, Irene
ResponderEliminarSin palabras.
ResponderEliminarBesos.
Instante duro para un poema... ¡Qué duro ser la que sale del cementerio cuando el ser querido queda allí! ¡Qué balsamo leer esto!
ResponderEliminarArcadia
Gracias también a Val y a Arcadia; Irene
ResponderEliminarMuy buen poema Irene, me gustó muchísimo, ese sentirse viva después de enterrar anuestros muertos....
ResponderEliminarun saludo María
Gracias, María. Un saludo para vos; Irene
ResponderEliminar