lunes, 5 de agosto de 2013

La absurda


El amigo infiel
se muere porque lo persigo,
porque me persigue, no como a un fantasma
sino porque soy una cosa incorrecta.
Yo lo persigo porque soy también infiel
y me enamoro dolorosamente de
los que van a morirse.
Todo esto me hace muy mal,
sus abrazos
y la herida del amor
como una ventana rota.
Todo esto va a terminar por matarme.
Voy a terminar siendo muda
y oblicua como una monja
blanca como una muerta,
fiel,

      absurda.


De La luz en la ventana, Ed. El escarabajo de oro, 1982.