sábado, 30 de abril de 2011

La piedra es más impaciente que la carne

No soy frívola, soy esta mínima
escultura en un lugar
de la plazoleta. La piedra es más
impaciente que la carne, desea reír,
y quebrarse, más
quisiera, la pasta espesa
de pintura sobre mí, tibia como
la mano que recorre, la
caca del pájaro
que pasa. Pósate, estoy yo
hace rato, rígida
y gris, más quisiera
tocar la lluvia que
resbala pero algo hace: abre,
corroe. El viento ríe
todavía
más, da vueltas sobre todo, en
todo. Me arranca. Más quisiera
esa sorpresa en el espíritu.

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Nota: El último verso pertenece a Joan Miro.
De Solo de contralto (Galerna, 1998), recopilado en La mitad de la verdad (bajo la luna editorial, 2008)

jueves, 28 de abril de 2011

EL CRIMEN

El muerto se me fue de las manos
como pelambre de gato se me fue como
agua que cae al balde se fue y quedó muerto sin querer
sin saber se fue muriendo
entre mis manos muriéndose pobre muerto como
si nada



Inédito

martes, 26 de abril de 2011

CLAROSCURO

Dentro de un rato
todo va a volverse opaco.
Las luces y sombras, que ahora brillan,
se resolverán en una nada monotónica.


De La calma (Libros de Tierra Firme, 1991), recopilados en La mitad de la verdad (bajo la luna, 2008)

martes, 19 de abril de 2011

SOSTENIDO

He perdido una música



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De La calma (Libros de Tierra Firme, 1991), recopilado en La mitad de la verdad (bajo la luna editorial, 2008)

sábado, 16 de abril de 2011

Los crisantemos no eran dalias

DURA PUREZA

Decente como una columna
fui a buscarte, decorosa como tabla donde se pica
el ajo blanco, una cebolla,
previa como la sábana
recién tendida;
así creo que
fui a buscarte,
más pura
que la espera.
***
ESTIVAL


No hay margaritas a la hora de la siesta
cuerpo rotundo cayendo encima
de mí, no hay margaritas
los crisantemos no eran dalias,
he confundido al muerto,
el cuerpo era tosco, era suave
este darme vueltas sobre el pasto me agita
sed me da, y no flores,
no flores.

**
De La calma (Libros de Tierra Firme, 1991), recopilados en La mitad de la verdad (bajo la luna, 2008)

miércoles, 13 de abril de 2011

El damasco

Yo que he muerto por propia voluntad, que
reviví por voluntad de otros,
ahora me veo muriendo
de muerte natural en unos años,
la cabeza encendida,
iluminada de ansia pura,
asombro,
fuego insensato parecido a locura senil,
a infancia,
que he vivido más o menos de
lo que cuenta la ley o el sino,
que he muerto por la esquiva
humedad.

Curioso, la risa,
como un líquido,
me sostiene y aprieta el corazón.
He andado así, nunca una meseta
ni la tensión superficial
del lago. Yo que morí por propia voluntad
dormida sobre un médano, y
el sol me ha acariciado muerta y viva,
ahora disfruto
su piedad como a un damasco,
dulzura inconcebible,
insensato damasco que pruebo
y río, oscura,
dichosa de mí.


De La dicha (bajo la luna, 2004), recopilado en La mitad de la verdad (bajo la luna, 2008)

viernes, 1 de abril de 2011

Un poeta chino lo supo

ANTIARS POÉTICA II
La alegoría está en el bambú,
no en la palabra.
Paula Grandío

Esa playa en el río.
El río estaba muerto.
La playa vivía gracias a
los juncos que estaban a un costado.
Los juncos eran la alegoría del paisaje.
Un poeta chino lo supo
y no lo escribió.
***
PÁJAROS CANTAN...

Pájaros cantan en la mañana
soleada.
Quién piensa en el cuervo.

*
De Solo de contralto (Galerna, 1998), recopilado en La mitad de la verdad, bajo la luna editorial, 2008