miércoles, 24 de agosto de 2016

Hombre sin auto


Ahora dice que tiene fríos los pies,
camina despacio.
Antes, cuando manejaba, 
cuidaba detenerse a cada cambio de luz, 
vigilaba el trayecto.

Vendió el auto como quien se inclina
y se persigna, rendido, suplicante.
Pide a Dios por una vez que lo contemple,
y que él deje de mirar 
como si fuese Dios. Por una vez,
dice cuando camina, temer, 
decir que teme.

Inédito

jueves, 4 de agosto de 2016

Pero el arte

Lo bueno y lo malo que he perdido no ha sido arte 
sino malentendidos: no saber oír,
trastabillarme;
raro cansancio hacía que diera cosas
por sentado: el abrazo;
hasta un puré era algo tan elaborado que evité pelar papas,
decir sí,
ya fuera por bueno
o malo, sin arte alguna, me equivocaba.

Después descubrí que el errar o el perderse
podrían ser lo mismo, un oficio extravagante. Pero el arte, 
ah el arte, no es oficio
sino servir
un simple puré de papas, ni muy caliente 
ni tibio
  
                                                                                         A Mirta Rosenberg, a Elizabeth Bishop.

Inédito