Se supone que debo anotar este goteo,
la leche acuosa de la acacia
aquí en el balcón (deck o lujo de cabaña
veraniega),
y se supone debo mencionar el asombro noche tras
noche,
y el mar atrás, su tronar atrás,
pero la contemplación de repente se esfuma,
esta paz se esfuma porque no vi
muerto el rostro de mi madre,
no sentí sus manos entibiándose, después enfriándose, se supone bien
si anoto que no estuve allí
como estoy ahora a la altura de la copa de una
acacia,
quizá fue esta leche acuosa que gotea,
o alguien que puso en boca de una tal Mrs.
Ramsay: "sobre la vida,
sobre la muerte; no, pensó, no se puede decir
nada de esto a nadie".
*El encomillado pertenece a Virginia Woolf.
Inédito
Oh, Irene, mientras escribo el comentario, todavía conservo un resto de cosquilleo en la playa de la espalda, como una marea que se aleja. Supongo que nunca el poeta estará tan seguro de haber escrito el asombro como la persona que lo lee. Cuando leo poemas como este, nunca dudo...Un abrazo
ResponderEliminarGracias, Vera; Irene
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