Porque
las hojas de ese arbolito brillan todavía,
imagino,
allá, lejos, el bosque encantado de verano.
Hasta
apuraría la noche, a que el bicherío inunde todo de música amable, al fin,
canto
que se ríe de lo grave del mar, allá, a pocos pasos,
como el
pobre se ríe,
como
las chicharras y los grillos
y los
sapos se ríen del mar, allá, lejos,
cuando
es verano todavía.
De Música amable al fin. Ilustraciones: Cecilia Afonso Esteves; mágicas naranjas ediciones, octubre 2012
Me gustó, un poema necesario cuándo el frío aprieta.
ResponderEliminarSaludo
Gracias por la visita; Irene
ResponderEliminarMe mató de amor...Beso
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