Al fin de cuentas, todo encaja:
la que muestra la hilacha, la que sangra
por la herida, como un tonel que rebasa
pero vacía,
resentida de mí: "no era sangre
sino pura psijé", dijo
que decía,
un tajo al costado ¡el alma!
estremecida por doquier, vacía,
llena de nada, muestra la piola y
un fino cordel, tanza notable sería,
atravesada.
Inédito
Hermoso poema, Irene.
ResponderEliminarEste poema me remontó a mi adolescencia.
ResponderEliminarUna época triste.
El poema precioso.
abrazo Irene.
Compré "La pared".
Gracias, gente. Mi saludo, Irene
ResponderEliminar...irene, la incorregible irene...
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