Ahora dice que tiene fríos los pies, camina despacio. Antes, cuando manejaba, cuidaba detenerse a cada cambio de luz, vigilaba el trayecto. Vendió el auto como quien se inclina y se persigna, rendido, suplicante. Pide a Dios por una vez que lo contemple, y que él deje de mirar como si fuese Dios. Por una vez, dice cuando camina, temer, decir que teme. Inédito
Lo bueno y lo malo que he perdido no ha sido arte sino malentendidos: no saber oír, trastabillarme; raro cansancio hacía que diera cosas por sentado: el abrazo; hasta un puré era algo tan elaborado que evité pelar papas, decir sí, ya fuera por bueno o malo, sin arte alguna, me equivocaba. Después descubrí que el errar o el perderse podrían ser lo mismo, un oficio extravagante. Pero el arte, ah el arte, no es oficio sino servir un simple puré de papas, ni muy caliente ni tibio. A Mirta Rosenberg, a Elizabeth Bishop. Inédito